La Universidad dejó de ser romántica, no es lo mismo que cuando era mechón y me pasaban cosas en la guata cuando al doblar por Avda. España divisaba la imponente torre del edificio “A” desde el vidrio de la en ese entonces “Intercomunal”. Era distinto el bajar por esos 110 escalones sabiendo que el foco de luz de quizás cuántos watts apuntaba al cielo de Valparaíso al más puro estilo de Batman, convirtiendo la ciudad puerto en ciudad gótica y mi; en ese entonces mucho más, querida Universidad en la baticueva. Era romántico tener que matar las gigantescas ventanas preparando el quiz de Física 0 en biblioteca, donde más que estudio era joda; era terrible pero a su vez clásico salir de esos quices al Hall del C y ver una masa de mechones contrastando los resultados, algunos lamentándose y viendo cada vez más cerca el fantasma de la expulsión por notas de la U y también ver a otros más tranquilos pensando en que las cosas ya no serían como en el colegio.
Ha pasado tanta agua bajo el río, que pensar en claudicar no es ni ha sido nunca tema, el asunto es saber sacar las fuerzas de flaqueza cuando en verdad lo único que se quiere es dormir 5 minutos más, seguramente esto le pasa a todos, seguramente seguirá pasando y ha pasado durante decenas de años; tal vez la Universidad sigue siendo la misma, quizás fui yo el que cambió.
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